Dónde está
La Peral se encuentra en el Parque Natural y reserva de la biosfera de Somiedo, que es uno de los lugares que hace honor al slogan de “Asturias paraíso natural”.
Además de un montón de rutas que parten hacia diferentes zonas, también hay planes tranquilos para disfrutar de unas vistas alucinantes sin falta de hacer ruta alguna y aptas para toda la familia.
Uno de esos planes es ir a visitar el pueblo vaqueiro de La Peral, uno de los poblados de la cordillera Cantábrica situados a mayor altitud (1360m).
Bajando por la carretera, según nos vamos acercando ya al pueblo, bien merece la pena parar un segundo en algún hueco que encontréis (siempre que no se obstaculice) para observar la panorámica del pueblo y el paisaje desde las alturas.
Dónde aparcar
Justo antes de entrar está el aparcamiento, eso sí, el número de plazas es más bien escaso, así que en función de la época en la que vayáis, os recomendamos madrugar para asegurar plaza, ya que a partir de ahí los únicos coches que pueden pasar son los de los vecinos.
Área recreativa
Al lado del aparcamiento hay un área recreativa con mesas donde podéis comer, o simplemente hacer como nosotros, estar un buen rato allí sentados sintiendo el sol en la cara y recreándonos con el alucinante paisaje que teníamos a nuestro alrededor. Si además vais en otoño, la variedad de tonos que se ven os puede dejar embelesados un buen rato, estáis avisados.
Después de estar sentados en una de las mesas, por fin nos decidimos a subir al pueblo, que no toma más de 5 minutos caminando. Según os vais acercando, ya podéis ver algunos de los teitos que hay en el pueblo.
Los teitos son cabañas típicas de la zona de Somiedo. Tienen forma rectangular o cuadrada y techo de cubierta vegetal, generalmente de la planta de escoba. Antiguamente servía de refugio tanto para los ganaderos como para sus animales. La planta baja servía de cuadra para que el ganado diera calor a la zona de arriba, que era donde dormían las personas.
La braña
El pueblo, aunque pequeño, tiene muchísimo encanto, y está cuidado al detalle. Además, cuenta con algún alojamiento para disfrutar de una total desconexión tan necesaria de vez en cuando. Eso sí, la desconexión será total y absoluta, ya que la cobertura es escasa o nula.
Las casas más recientes siguen teniendo que mantener unas normas estéticas para no romper la misma del lugar. Cuenta con tan sólo 7 habitantes, de los cuales en invierno quedan 3: un ganadero y dos profesores de español, cuyo centro de enseñanza encontraréis de camino a uno de los miradores.
Los miradores están señalizados, así que no hay pérdida alguna.
Mirador de La Peral
Desde aquí hay una panorámica perfecta de 360 grados de todo el entorno. Se puede ver desde el valle del río Trabanco, pasando por la Penouta, hasta el arroyo Llamardal.
Mirador del Príncipe
Este mirador está en la cima del Altu el Cuernu, y desde aquí se pueden observar varios picos, los cuales están además perfectamente señalizados.
Ambos miradores son unos puntos estupendos de observación de osos para la primavera y la segunda mitad del verano, aunque si éste es vuestro principal objetivo, os recomendamos ir con guías profesionales.
Pero aunque el oso sea la estrella del lugar, si vais observando atentamente las laderas también podéis ver pequeñas manadas de rebecos. Nosotros encontramos una pareja que con los prismáticos estaban viendo perfectamente unos cuantos. También podéis llegar a ver buitres, águilas reales…. Dicen que hasta el gato montés se deja ver de vez en cuando por los prados, aunque nosotros no tuvimos tanta suerte como para llegar a verlo.
El Parque Natural de Somiedo ofrece condiciones excepcionales para la observación de la fauna silvestre. Esta actividad está sujeta a la normativa del Parque, que establece una detallada zonificación del territorio destinada a regular los usos y aprovechamientos que se pueden realizar en cada área. Sólo de este modo es posible garantizar la conservación del espacio natural y, en particular, de su biodiversidad.
Dónde comer
Después de haber dado una vuelta por el pueblo, ver algún caballo, y acercarnos a los miradores, no sé a vosotros, pero a nosotros se nos empieza a abrir el apetito rápidamente, así que lo que más se nos apetecía era ir a comer algo rico y casero, algo que de seguro encontraréis en El D’Ibán de Somiedo.
Os dejamos algunas fotos de lo que comimos para animaros a ir. Las raciones son más que abundantes y salimos rodando.
Y hasta aquí nuestro post sobre La Peral. Gracias por leernos, y si tenéis cualquier duda o sugerencia no dudéis en poneros en contacto con nosotros.